Ave de Paraíso
Ave de Paraíso
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El ave del paraíso es una atractiva planta originaria del África del Sur, de uso frecuente en la jardinería urbana. Llaman la atención el colorido y el aspecto singular de sus flores que semejan, por sus brillantes colores, a las verdaderas “aves del paraíso”, pájaros de bello plumaje nativos de Nueva Guinea.
El ave del paraíso produce flores formadas por tres sépalos de color naranja y tres pétalos de color azul brillante. Las plantas maduras son muy floríferas y se mantiene en floración por largo tiempo. Su crecimiento es lento pero algunas plantas alcanzan más de 1 metro de alto y usualmente forman grandes conjuntos con individuos de diferentes alturas. La floración más atractiva ocurre en primavera y verano.
Es una especie de clima tropical y subtropical, sensible a las heladas pero resistente al viento. Prefiere los suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Los floristas la utilizan como flor de corte. Es una planta visitada por colibríes, abejas y mariposas.
Ave del paraíso es el nombre popular con el que se conoce a la especie Strelitzia reginae. Su nombre proviene del latín reginae, que quiere decir ‘reina’. Es una planta que se destaca por una bella flor exótica en tonos naranjas, azulados y violetas que asemejan a la forma de la cabeza de un pájaro.
Cuidados de la planta ave del paraíso
La planta ave del paraíso es resistente. Por ello, funciona bien en zonas costeras con fuertes vientos. Sin embargo, requiere unos cuidados especiales para que se mantenga saludable y tenga un crecimiento óptimo. Si te interesa tenerla en casa, presta atención a los siguientes puntos.
1. Permite que reciba luz solar
La Strelitzia reginae, por ser una planta tropical, necesita recibir luz solar por lo menos 4 horas al día. Sin embargo, también es importante que tenga sombra en los meses más calurosos.
Si vives en un lugar en el que hay fuertes heladas en la mañana o la temperatura desciende a menos de 10 grados centígrados, es mejor que la tengas en el interior.
2. Siémbrala en un suelo adecuado
Una investigación desarrollada por la Unidad Académica de Agricultura de la Universidad Autónoma de Nayarit encontró que las plantas de ave de paraíso que se cosechan en suelos con un pH moderadamente ácido y ricos en calcio, magnesio y potasio crecen con un mayor número de flores y se mantienen más tiempo en el florero.
Por lo tanto, es fundamental que garantices un buen suelo en casa, que ofrezca a tus flores estos minerales. Asimismo, requiere un buen drenaje para evitar encharcamientos.
3. Pódala con regularidad
El ave del paraíso no requiere una poda excesiva. Sin embargo, es valioso que cuando la flor se marchite se realicen cortes que eliminen las partes muertas, las marrones o marchitas, para ayudar a que se regenere.
4. Elige el tamaño adecuado de maceta
El ave del paraíso se puede plantar en maceta. Tiene unas raíces fuertes y un crecimiento acelerado. Por lo tanto, es necesario trasplantarla una vez cada año.
Debes asegurar que sea un tamaño grande de maceta, que le permita desarrollarse bien. Por otro lado, siempre y cuando tenga las condiciones de temperatura adecuada, puede ponerse en ambientes interiores y exteriores.
5. Abónala con frecuencia
El abono orgánico es muy útil para esta planta, que disfruta del mismo para aprovechar sus nutrientes.
El ave del paraíso responde bien a los abonos con estiércol o compost casero. Debes hacerlo cada 20 días, pues es una planta que agradece muy bien la materia orgánica.
6. Riégala con cuidado
Uno de los errores más comunes que debilitan o matan a la planta ave del paraíso es regarla demasiado. Esto hace que sus raíces se pudran.
Debes mantener la tierra húmeda de forma uniforme y cuidar de que no se formen charcos. En temporada de invierno puedes regarla 2 veces por semana, mientras que en verano deberás hacerlo 4 veces por semana.
Consejos para la reproducción de la planta ave del paraíso
Al comprar una planta ave del paraíso se recomienda adquirir esquejes o plantines que ya estén desarrollados, pues si se compran las semillas habrá que esperar mucho tiempo para que crezcan y den flores. Una vez la tengas adaptada a tu hogar o jardín, con seguridad querrás reproducirla para regalarla.
Esta planta puede reproducirse por dos métodos: sexual y asexual. Es decir, que se realiza a través de semillas o con la división a partir de hijos o rebrotes que nacen de la planta madre.
También se puede proceder a la multiplicación a partir del tejido de partes pequeñas, conocidas como explantes. No obstante, la técnica más sencilla y rápida es la división. Veamos cómo reproducirla por las vías más comunes.
Por división de la planta
Para realizar una división de la planta debes retirarla de la maceta con cuidado de no dañar las raíces. Para eso puedes usar una espátula como ayuda.
Separa con cuidado la planta con tus manos, fijándote en la parte en que se divide de forma natural. Para identificarlo, guíate de aquellos brotes que se forman a los lados del tallo principal del tronco.
Luego, debes desenredar las raíces. En el proceso ten cuidado de no dañarlas en exceso. Utiliza un cuchillo para ayudarte y hacer cortes que no las separen de los tallos. Los hijuelos de la planta suelen desarrollarse aparte de la madre, por lo que este proceso no suele resultar tan complicado.
A través de sus semillas
Las semillas que se encuentran en esta flor suelen estar un poco escondidas. Para hallarlas, debes buscar un bulto de color verde claro que se forma en el tallo.
Explora en cada una de tus flores hasta encontrarlo. Se trata de una vaina que está repleta de semillas. Sin embargo, después de identificarlo debes esperar hasta que de forma natural se abra.
Cuando se abra podrás encontrar varias semillas negras rodeadas por una capa de color naranja. Retíralas y déjalas secar por unos 5 días.
Luego, debes plantar unas 3 semillas en una maceta con tierra que esté abonada y tenga un buen drenaje. Riégalas con moderación y deja que les llegue el sol. Entre 3 y 4 meses después podrás ver los brotes de la bella ave del paraíso.
No obstante, este es un proceso que requiere de mucha paciencia, pues no todas las semillas prosperan en la tierra. Asimismo, su crecimiento puede tardar varios años. En promedio, la planta no florecerá por esta vía hasta dentro de tres o cinco años.
Consideraciones finales
En general, la planta se da muy bien en espacios interiores; en parte debido a que puedes controlar variables como la humedad o la exposición al sol. Su cuidado y mantenimiento, en comparación con otras plantas, es muy bajo. La floración máxima ocurre durante el invierno y principios de primavera, aunque puedes deleitarte de esta varias veces al año.