Alocasia amazónica
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Alocasia amazónica

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Alocasia amazónica

No Incluye Maceta

WSP 591-78512314

Tamaño: 5cm a 20cm
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Imágenes Referenciales

La Alocasia amazónica, conocida  como “Oreja de elefante” , planta de interior de gran belleza gracias a sus hojas carnosas y brillantes que llaman la atención por presentar color verde oscuro surcado por nervaduras verde claro o plateadas,que da aspecto elegante y único.

Cuidados de la Alocasia amazónica

En realidad, la mayoría de las Alocasias comparten el apodo de “oreja de elefante”, debido a la forma de sus hojas y también porque éstas pueden alcanzar dimensiones extraordinarias.  la Alocasia amazónica demanda crecer en un lugar muy luminoso,  sin inconvenientes en  ambientes sombreados hasta en un 60 %, y siempre  evitarse dejar a la luz directa del sol.

El mejor sustrato debe ser  una mezcla de tierra para macetas con una base de turba y con un drenaje ràpido. Este sustrato debe ser abonado cada dos semanas desde la primavera con un fertilizante equilibrado diluido hasta fines del verano.

Esta especie requiere, que el suelo se mantenga húmedo en todo momento, por lo que se aconseja someterla a riegos breves pero frecuentes, sobre todo en primavera y verano, debiendo reducirse durante el invierno. es recomendable mantener la misma en forma artificial, ya sea colocando la Alocasia amazónica sobre una bandeja  llena de guijarros humedecidos o utilizar un humidificador.

Dado que es originaria de las selvas tropicales de Sudamérica, esta especie también demanda crecer en un ambiente cálido, donde la temperatura reinante sea de entre 18 y 24 grados centígrados, aproximadamente.

Alocasia amazónica: Propagación y cuidados

En cuanto al método de propagación, la Alocasia amazónica se reproduce mejor por la división durante el trasplante o por división de rizomas durante la primavera. En este último caso, los bulbos pueden ser desenterrados de la olla existente y replantados en macetas pequeñas.

es importante , pasando suavemente un algodón embebido con agua destilada. Esta medida no sólo obedece a una cuestión estética sino que también resulta importante para la salud del ejemplar, ya que se evita la obstrucción de los poros y la radicación de ácaros.

Tu Alocasia amazonica será feliz en un ambiente que oscile entre los 18 y los 21 ºC. Pelín quisquillosilla, con esto, la verdad.

Si la temperatura ambiental es inferior a 15 ºC la planta detendrá su crecimiento, puede incluso que pierda algunas hojas (pérdida no achacable a otras causas como falta/exceso de riego o plagas). Cuando vuelvan a subir las temperaturas rebrotará, así que no desistas y sigue cuidando de ella.

Esta planta necesita además de cierta humedad ambiental, evita colocarla cerca de un radiador o unidad de aire acondicionado, puesto que eso podría resecarla en exceso. Evita también las corrientes de aire por el mismo motivo.

Si el ambiente es muy seco, pulveriza agua sobre sus hojas cada 2 días. También puedes colocarla sobre un plato con piedras y un poco de agua. La idea es que esa agua se evapore alrededor de la planta, pero nunca debe estar en contacto con la base de la planta.

LUZ

La Alocasia amazonica necesita claridad, especialmente en invierno, pero siempre luz indirecta, nunca sol directo. En verano tolerará mejor cierta semisombra.

Si vieras manchas de color marrón en las hojas es posible que le haya dado el sol en algún momento, cámbiala de sitio. Piensa que la trayectoria del sol cambia con los meses y ese lugar perfecto donde la tienes colocada y que le va de perlas en invierno, podría no ser tan ideal en verano.

RIEGO

Mantén el sustrato de tu Alocasia húmedo pero no empapado, especialmente durante los meses de calor. Reduce la frecuencia de riego en invierno y asegúrate siempre de que no queda agua estancada en el fondo del tiesto después de regar.

Usa agua a temperatura ambiente, preferiblemente de lluvia o filtrada. Si el agua es demasiado dura podrían aparecer manchas marrones de aspecto seco en las hojas.

ABONO

Añade un fertilizante para plantas verdes al agua de riego, una vez al mes, durante los meses de primavera y verano. También puedes usar palitos fertilizantes, que van soltando nutrientes progresivamente a medida que el agua de riego los deshace.

PLAGAS

Desgraciadamente a los bichos les gusta esta planta tanto como a ti, especialmente a la cochinilla y a la araña roja. Si por desgracia detectas inquilinos en tu planta, colócala lejos de otras plantas para evitar que se contaminen mientras intentas solucionar el problema.

COCHINILLA

La cochinilla es junto al pulgón el principal dolor de cabeza de los que tenemos plantas de interior. Se reproducen a la velocidad de la luz y como te despistes un poco, invadirán toda la planta hasta un punto de no retorno.

La cochinilla es un insecto pequeño de color blanco que apenas se mueve. La encontrarás siempre en grupo y tiene preferencia por el tallo de la planta y el reverso de las hojas. Se alimentan de la savia de la planta y excretan una substancia pegajosa.

Para tratarla, empapa un trapo en insecticida e intenta eliminar el máximo de bichos que puedas frotando con suavidad. Pulveriza entonces la planta con insecticida y repite el proceso una vez a la semana.

ARAÑA ROJA

Es probable que nunca veas a una de estas diminutas arañas -que por cierto son rojas en invierno y verdes en verano-, lo que verás es el daño que hacen en las hojas: una especie de manchas blanquecinas formadas por infinidad de pequeños puntitos.

Utiliza un insecticida para plantas verdes o un producto natural como aceite de neem. Aplícalo especialmente en el reverso de las hojas, que es donde suelen campar a sus anchas.

A la araña roja le encanta el calor y los ambientes secos, así que si pulverizas agua cada dos días sobre las hojas minimizarás el riesgo de que se instale.

TRASPLANTE

A la Alocasia polly no le importa demasiado que sus raíces estén un poco apretadas, así que no tengas prisa por trasplantarla. Espera a la primavera para hacerlo y escoge un tiesto que sea solamente unos 3 cm de diámetro más grande.

Cuando vayas a hacer el trasplante, riega primero la planta para humedecer el sustrato, eso facilitará la tarea.

Saca el cepellón de la maceta y desprende con las manos parte del sustrato adherido a las raíces. Coloca el cepellón en el centro del nuevo tiesto y rellena los huecos con sustrato nuevo.

Terminado el trasplante, riega de nuevo la planta con cuidado para que el sustrato se asiente. Rellena posibles huecos con más sustrato si es preciso.

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